La vida es una tipa. Una tipa flaca. El pelo lo tiene largo. Siempre largo, pero se lo cuida. Lo cuida más que a los amigos y sus sueños. No le gusta hablar mucho. Es un poco negligente, pero tiene encanto. Encanta a todos, hasta a su peor enemigo. Su peor enemigo es tsundere por ella. Es más, hay quienes la dejaron hablando pestes de ella, para pasar irse a un sitio mejor, pero por dentro lloraban. No lo aguantaban. En realidad no querían dejarla. ¡Vaya sí! Querían llamar su atención. La dejaron para llamar su atención..., pero ella no los miró..., es que como de ellos hay tantos... (se sintió frustrada, eso sí.)
Y yo la miro. Mi sueño es tenerla de mascota, pero eso no se pueeeeede, es casi imposible (como en el HarvestMoon, cuando te casas con la Goddess..., filo. Ojalá cachen). La miro de lejos, me acerco de a poco. Hago como que no la conozco, pero en realidad me gustaría pedir varias de ella (por internet), para tenerlas en mi pieza, en caso de. Ojalá en una repiza y mirarle las bragas. Pero yo me hago el leso, me sigo haciendo el leso. Tengo miedo de conversar con ella... "Está muy ocupada..., siempre está ocupada...", pero en el fondo la huevona no hace nada muy productivo. Está ahí, y ya. De hecho uno tiene que ir y hacerle las cosas.
Yo le tengo un poco de rencor (pero en serio). Hace un tiempo se le cayeron muchas tazas de café finísimas, y dijo "ups". Discutí mucho con otros secretos admiradores de ella, y me dijeron que no podía echarle la culpa. Ella nunca iba a poder tener la culpa de nada, decían. Es una tipa, después de todo. Eso es un poco machista, dije yo. No me pescaron.
¡Un día quedé atónito! Tomó un pajarito, le sacó las alas y lo mandó a volar. Le escribí una carta y se la tiré por debajo de su puerta: "¡¿No cree usted, su excelencia, que es contraproducente intentar un vuelo cuando no se tiene un elemento esencial en la blablabla?!". "¡¿Y qué te importa a tí, %&$#?!", me dijo. Wow, qué ordinaria. Postdata: "¿Y qué culpa tengo yo?".
No sé por qué una mina así tiene tanto fan. "Que le den", dije un día. "Que le den". Suena bakán..., es un diálogo que no podría decir acá en Chile sin que me miren raro y me griten "¡Coño, coño, coño!". Es como "que se pudra", pero con más "que le den".
"Ahí está esa otra vez..., que le den". La miré bien, y adivinen: ¡Se sacaba los mocos! ¡Ella! ¡Ella también! Puaj, tendría que haberle sacado una foto, pero andaba sin el cilindro esa vez. Apuesto a que perdía todos los fans. Pero me escuchó. No sé cómo, y me escuchó los pensamientos. "Obvio que yo también me los saco..., sino se me tapan las narices, ¡pao!". Woah. Su voz se oyó especialmente dulce en esa ocasión.
Aunque me dijo "pao"...
No tiene un vocabulario muy amplio, parece. Qué rústica es a veces. No sé para qué se arregla. La moda, claro. Le preocupa aunque lo niegue.
Una vez desperté en el césped, y al pasar la gente se reía de mí. Pesqué un pedazo de aluminio que había en el suelo (eso se llama suerte) y me miré: Me cortaron el pelo..., alguien. Y me rayó la cara, de yapa. No soy tan irreflexivo, así que, a pesar de enfurecerme, no culpé a nadie inmediatamente. Un compañero me miró y me dijo "Fue ella". "¡¿Ella, la...!?". "Sep". Así que fuí a encararla.
Se me salió el indio, un poco, así que tiré un par de frases soeces (o malsonantes, también, me sugirió google). "Si poh, fui yo..., igual disculpa", me dijo. Me extrañé..., fue cortés, pero no se me pasó el enojo. "¡¡Entonces dame algo para limpiarme!!". "No sale". "¡Qué! ¡¡Chuaaa!!". A las mujeres no se les pega, a las mujeres no se les pega, salía la moral. No tiene sentido. Yo arreglaría esa frase: a los seres humanos no se les pega. Pero bueno, ya la tenía internalizada, así que me aguanté de aforrarle. Le hice un gesto con el dedo medio, eso sí. No resistí del todo la rabia.
Me iba yendo, y me dijo "Oye". Le respondí sin voltearme"Qué". "Pero el pelo te va a volver a crecer". "...".
Aunque la pregunta esencial era "¿Y por qué hizo eso? ¿Por qué a mí...?". Mabía algo de nervio y adrenalina en eso, y, al parecer, a pesar de darme diecisiete repsuestas distintas, fuí fácil para ella: "¿Y si lo hizo... porque le gusto?". Y empecé con al risita loca "quizás... ¡le gusto!", y todas las estupideces.
Bueno, al final las manchas sí salían. Sin darme cuenta, eso sí. Me quedan algunas. Creo que me haré otras y las dejaré como tatuajes (auqnue no me gustan mucho los tatuajes). El pelo sigue creciendo. Feo, pero sí, sigue creciendo.
Después ví al pichón del otro día: tenía unas alas artesanales extrañísimas... ¡Pero volaba!
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)

3 comentarios:
esta increible el texto ese, te apoyo en todo. lo mejor seria q le den xD
es como la 5ª vez que leo esta entrada, siempre me gustó mucho xD
eso, saludos :B
¡Gracias! Muchas gracias, ^^
Publicar un comentario